El mosquito trompeteeeeero

El mosquito trompetero (Carlos Arroyo) es una maravillosa canción que escuché hace mogollón de tiempo en la Campana de los perdidos. No me resisto a poner la letra: "Él era el verdadero gran mosquito trompeterocuya trompa sonaba con un canto aterrador. Ojos, patas y boca dábanle un aspecto fiero. Picaba a los humanos con destreza y desparpajo, pero con tanto celo y tanta saña en su labor,que, en mi opinión, excede el sano amor por su trabajo. Ni el niño en su colegio ni en el club el jubilado, no estaba nadie a salvo de su afán perforador. Igual le daba puta que dueña de un marquesado. Por ese mal carácter y su agreste villaníano pudo granjearse amigos a su alrededor. No logró colocarse de animal de compañía. Lo que nunca se supo (y esto es trágico en exceso) es que esa era la forma de desmostrarnos su amor,pues no tenía labios para dar un dulce beso. Y el mundo respondía con desprecio a sus abrazos pagaba sus chupones efusivos con rencor. Sus buenas intenciones, con severos manotazos. Marginado, el mosquito, sin rumbo fijo en la vida,para colmo fue víctima de un abyecto rumorque le cargó la culpa de contagiarnos el sida. Se ocultó de la chusma en el local de un tabernero y dispuesto al suicidio, zambullóse en el licorde un tipo cuyo vaso, seguro, no era el primero. Apiadado, el borracho, con sus manos gordezuelas lo rescata del vino y le dice con amor: “Pronto te pondrás bueno y ya verás lo bien que vuelas.” Entre aromas de queso, revivió visto y no visto un buen cabrales sacaría un muerto del sopor…Dicen que el mismo truco es el que usaba jesucristo. Chisposo por el vino y con el alma agradecida,tanto besó a su amigo, que quedó hecho un colador.¡Breve amistad! lo echaron a golpe de insecticida.
Nuestro mosquito en fuga y al azar de los balcones, penetró en una casa donde un fuerte resplandoratrajo al desgraciado que gritó a plenos pulmones ¡Santo Dios, no me abandones!
Pero le abandonó como si fuera una colilla.

Tuvo una muerte horrible en el techo del comedor,pegado y chamuscado en el cristal de la bombilla.
Días después su cuerpo, para colmo de los males,cayendo en la sopera tuvo un fin desolador: fue parte del festín de los hambrientos comensales.
Cuando vosotros mismos, en la mesa, ante el puchero,rogais para la cena bendiciones al señor, sin saberlo pedís por el mosquito trompetero, el mosquiteo trompeteeeeeeroooooo, ....."