Tintín reivindica al tebeo

Poco a poco los dibujos de los tebeos van dejando de ser vistos con recelo por los coleccionistas de arte.
Cada vez está más cerca el tiempo en que el vaquero Lucky Luke y el Corto Maltés compartan espacio en los muros junto a las vanguardias de Rothko y las Venus robustas de torso desnudo.
Tintin y Hergé se han anotado otro triunfo este sábado al pulverizar todos los récords para una tira cómica en una subasta.
La cubierta de Tintin en América que el dibujante belga hizo en 1932 se ha vendido por 780.000 euros en la subasta organizada este sábado por la galería Artcurial de París.
El dibujo, considerado por los expertos de la galería como una "sublime pieza de museo" está elaborado en óleo y data de 1932.
El mayor precio alcanzado por un dibujo pertenecía a Sangre Azul, un dibujo de 1994 del franco yugoslavo Enki Bilal, que el año pasado fue vendido por 177.000 euros.
Es un mercado en auge, tenemos compradores de toda Europa. A la gente ya no le avergüenza decir que colecciona cómics, señala Eric Leroy, experto de la galería en tiras cómicas.

Francia y Bélgica son consideradas potencias con cerca de 4.300 tebeos publicados en 2007. 
De acuerdo a los organizadores del festival de cómics Angouleme, los dibujantes chinos, coreanos y norteamericanos a belgas y franceses como influencia clave, creando un fiel culto a los diseños de la región.
El precio por el arte de los dibujantes de tebeos comenzó a despegar a principios de esta década gracias a los trabajos de Hergé y el artista francés Jean Henrí Gaston Giraud, conocido como Moebius, creador del vaquero Blueberry, una serie muy popular entre los coleccionistas.
La subasta de este sábado recaudó 3,4 millones de euros, según informaron los organizadores del evento.
Entre ellos se incluyeron joyas como originales de Lucky Luke, de Maurice de Bevere, y un retrato de Corto Maltés del italiano Hugo Pratt, que fueron comprados por acaudalados compradores con alma de adolescente.
La parte fácil es encontrar a los clientes, lo difícil es encontrar las obras, señaló Leroy, quien asegura que muchos de los artistas rechazan ceder sus originales a las galerías y a las casas de subastas.
Fuente: El País