"Las mascotas de Pekín son vulgares, estatales y anónimas"


Eso dice Javier Mariscal (Valencia, 1950) en una entrevista en Heraldo en la que critica que las cinco mascotas chinas que sean un fiel reflejo de "una organización estatal, estricta y ortodoxa", dentro de una sociedad "sin libertad y con consignas dictadas desde la cúspide de la pirámide hacia abajo". Son "Un dolor. No me interesan nada. No aportan nada", dice. Beibei, un pez; Jingjing, un oso panda; Huanhuan, el fuego; Yingying, un antílope tibetano, y Nini, una golondrina son de trazo infantil, muy manga y muy parecidas entre ellas, cada una pintada con uno de los cinco colores de los aros olímpicos. ¿Debería Alan Moore escribir un nuevo V de Vendetta, versión manga?.