Hotel Santa Catalina, una referencia imprescindible en el circuito del arte canario

El hotel de Las Palmas de Gran Canaria recupera su patrimonio artístico tras el proyecto de restauración de obras y tratamiento de murales realizados en los años cincuenta del pasado siglo y lienzos del s. XIX. 

Alberga arte contemporáneo con la obra del artista gran canario Fernando Álamo donde realiza un tributo a las raíces de las islas.
La gastronomía del hotel también se impregna de arte en su restaurante Poemas influenciado por la esencia pictórica del artista grancanario Néstor Martín-Fernández de la Torre.

El hotel, tras un minucioso plan de rehabilitación de algunas de las obras de arte más icónicas del s. XIX se sitúa como uno de los lugares para disfrutar del arte también en su versión contemporánea con la obra de Fernando Álamo o incluso gastronómicamente con la combinación del material artístico del artista grancanario Néstor Martín-Fernández de la Torre y la presentación de los platos.
El imponente edificio de Santa Catalina, a Royal Hideaway Hotel, ha sido desde 1890 un lugar emblemático de la vida cultural de Las Palmas de Gran Canaria, y su reciente reapertura de la mano de Barceló Hotel Group ha traído de vuelta una leyenda a la isla.

Restauración de obras de arte
Beatriz Galán planteó la restauración de obras de varias estancias del hotel como el Bar Carabela, el Salón Arencibia y el emblemático Salón García-Escámez, que pasará a llamarse Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, en honor al reconocido arquitecto canario que convirtió el hotel en el icono de lujo que es actualmente.

Una de las obras que se ha intervenido es Procesión de ciegos en torno a Santa Lucía del pintor canario Jesús Arencibia, uno de los varios murales con la técnica de marouflage (tela pintada que se adhiere a los muros con adhesivos fuertes, para crear un mural).
El tratamiento realizado en el soporte, consistió en despegar el lienzo del muro y fijarlo sobre una nueva base inerte; de esta manera la obra ya no queda condicionada a problemas de humedad u otros que dependan del estado de la pared y se asegura su preservación.

En el Salón Arencibia –donde, como su nombre lo indica, se encuentran muchas más piezas del artista, entre ellas el mural El amanecer de las brujas- las obras recibieron tratamientos de conservación, que consistieron principalmente en limpiar la suciedad superpuesta al barniz, eliminar retoques de color no originales y re-barnizar las piezas para reavivar los colores.

En el Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, que en 1951 acogió la primera cena de gala del hotel con su nueva configuración para el presidente de Liberia, se les ha devuelto la vida a sus llamativos murales retirando una gruesa capa de resinas duras, ya oscurecida por el paso del tiempo, y sustituyéndola por una de barniz especial para pinturas al óleo, con la finalidad de proteger la pintura de factores de deterioro externos.

Además de las piezas de Arencibia, también se han restaurado obras de otros reconocidos artistas canarios como la pintura al óleo Roque Bentayga del tinerfeño Manuel Martín González, y tres lienzos del pintor Santiago Santana que decoran los muros del hotel. También los escudos de la ciudad de La Palma situados sobre el pórtico de la entrada y en el Bar Carabela han recobran su resplandor y visibilidad nuevamente.

Obra homenaje a las raíces canarias
Santa Catalina, a Royal Hideaway 5* GL ha apostado por el talento canario para crear dos obras de grandes dimensiones destinadas a decorar una de las zonas principales del histórico edificio.
El encargo ha recaído sobre el artista canario Fernando Álamo, hijo adoptivo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y Premio Canarias de las Bellas Artes 2014.
Su legado, procedente de una incansable pasión por la pintura, le ha convertido en uno de los representantes del arte canario contemporáneo.
Entre sus innumerables intervenciones se encuentra la del conjunto de murales instalados en la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias (Santa Cruz de Tenerife).
En esta ocasión, su aportación artística dota de color y viveza a una reforma que ha devuelto el esplendor a este emblemático hotel de Gran Canaria.

Esta obra de arte inspirada en la naturaleza y en las diversas referencias poéticas que dan título al conjunto: Tulípero del Gabón, Amaryllis, la Caña de Indias. Paraísos lejanos, exóticos, un viaje de ida y vuelta… La maravillosa aventura de la vida.

La inclusión de los murales del pintor canario es un tributo a las raíces de las islas. La flora que aparece representada juega con los recuerdos de una tierra que bebe de diferentes culturas.
“El tulípero de Gabón es una clara referencia a África.
La amaryllis, junto a la rosa y los liliums, nos hablan de Europa, y son un guiño al jardín de mi familia política, y a mi traslado, hace más de cuarenta años, a la isla de Gran Canaria.
La caña de Indias hace mención a nuestra relación histórica con el continente americano”.

Ambas piezas han sido instaladas en la galería del hotel, a la salida del emblemático Salón García-Escámez, que ha pasado a llamarse Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre, en honor al reconocido arquitecto grancanario que convirtió al hotel en el icono del lujo que es en la actualidad. Las obras del pintor contemporáneo sirven de transición entre la parte clásica e histórica del hotel y la nueva terraza cubierta que se abre al Parque Doramas.

Gastronomía inspirada en el arte
Con un nombre inspirado en el proyecto pictórico Poema de los Elementos, del reconocido artista canario Néstor Martín-Fernández de la Torre, el restaurante Poemas by Hermanos Padrón es el buque insignia de la propuesta gastronómica del renovado hotel.

Al igual que los cuadros que componen esta emblemática obra planteada en cuatro series: Poema del Atlántico (o Poema del mar), la inconclusa Poema de la tierra, y otras dos colecciones de las que solo existen bocetos, Poema del aire y Poema del fuego; la oferta gastronómica de Poemas cuenta con un inconfundible sabor canario que evoca a la naturaleza, el arte, la tierra y el mar.
Partiendo de la obra pictórica de Néstor, los hermanos Padrón, chefs de la propuesta, han logrado trasladar la esencia de algunos de los cuadros más icónicos del artista a creaciones gastronómicas que no solo destacan por su sabor sino por su atractiva presentación.

Historia local llamada a perpetuarse 
El hotel Santa Catalina se inauguró en 1889 y ha formado desde entonces parte de una larga tradición turística en la capital. Gracias a su privilegiada ubicación en la ciudad y a su entorno de ensueño, se convirtió en una referencia del éxito turístico de Gran Canaria, especialmente a finales de los años 50 y los 60.
El establecimiento fue adquirido por el Ayuntamiento en el año 1923 y, en el año 1951, se inauguró el nuevo edificio creado por Miguel Martín-Fernández de la Torre, cuya configuración se conserva hasta la fecha. Actualmente, es uno de los ejemplos más significativos del movimiento regionalista de la arquitectura de la ciudad del siglo XX.

El hotel es un ejemplo de elegancia clásica y lujo, gracias a la conservación y rehabilitación de sus espacios más icónicos, como el Patio de las Tortugas, uno de sus espectaculares espacios exteriores que “abrazan” al Salón Miguel Martín-Fernández de la Torre (anteriormente conocido como Salón García-Escámez) y donde los clientes podrán disfrutar de un área de relajación en un apacible entorno natural.