¡¡Enhorabuena a Cafés El Criollo por la iniciativa de patrocinar azucarillos con imágenes de los héroes de Los Sitios!!
En su web podeis leer la apasionante historia de esta gran empresa aragonesa.
La historia comienza en 1886, cuando Santiago Lascasas Calvo emigra de Candasnos (Huesca) a Zaragoza y establece una tienda de ultramarinos en los bajos de la casa nº 20 de la calle de Santiago de Zaragoza (edificio desaparecido en los años 70).
Aquí vendía al por menor legumbres, bacalao, embutidos, bebidas y también materiales de limpieza, carbón, leña, aceite, y, por supuesto, café. Más adelante su actividad se amplió a los llamados Coloniales, es decir los mismos productos pero al por mayor, sirviendo a pequeñas tiendas de alimentación tanto de Zaragoza como de todo Aragón.En aquella época el café era comprado crudo por los particulares y en cada casa se procedía a su tueste, igualmente se hacía en los establecimientos de hostelería.
A finales del XIX Santiago Lascasas compró un tostador de café accionado manualmente, con el cual comenzó a tostar, al principio, pequeñas cantidades de café que vendía a su clientela. Las personas que, según costumbre todavía muy arraigada en Zaragoza, iban al Pilar a ver a la Virgen, al pasar por la calle de Forment esquina a Santiago percibían el exquisito olor que producía el tostador de Santiago Lascasas.
Poco a poco fueron sucumbiendo a la tentación de comprar ese café y así, dejaron de tostarlo en su casa, para llevarlo ya tostado a su vuelta del Pilar. Sin embargo todavía se seguía vendiendo café verde, es decir sin tostar, que compraban los establecimientos de hostelería y los particulares que preferían seguir realizando el tueste ellos mismos.
El tueste de café tomó gran importancia hasta el punto de que Lascasas se planteó utilizar una marca para identificar este producto cosa insólita en los principios del siglo XX. Pronto comenzó a vender sus cafés bajo la marca “El Criollo”.
Ante el éxito de la marca “Cafés El Criollo”, Santiago decide solicitar el registro de la misma, el cual le fue concedido el 30 de Agosto de 1910 según consta en el diploma que le fue otorgado por el Ministerio de Fomento de la época y que la Empresa conserva actualmente.
Se importaban, y se vendían, crudos y tostados, cafés de las procedencias más cotizadas en el momento, Yauco de Puerto Rico, Puerto Cabello de Venezuela, Moka del Yemen, Caracolillo de Puerto Rico y San Salvador, y muchos más. Se realizaba también el tueste torrefacto, una novedad entonces conocida como “concentración de aroma”.
También se dedicaba Lascasas a la fabricación de galletas, chocolates, turrones y otros dulces.
El aumento en las ventas de café hizo necesario adoptar una maquinaria más moderna por lo que se procedió a la compra e instalación de un tostador con tracción por motor eléctrico y fuego de carbón. En los 1930, se utilizó otra marca, “Arabia”, además de El Criollo. Representaba a un guerrero árabe blandiendo un alfanje en su mano y montado en un caballo con las patas delanteras levantadas.Otra actividad que tuvo mucha importancia fue el estuchado de azúcar. En Diciembre de 1915 se obtuvo la autorización del Ministerio de Fomento para utilizar la marca “El Criollo” distinguiendo azúcar. Igualmente se conserva el diploma que concedió el uso de esta marca Santiago Lascasas Calvo obtuvo con fecha 31 de Octubre de 1925 una Patente de Invención para “un nuevo sistema de envolturas o estuches para azúcares en cuadradillo, plaquetas u otras formas para el servicio de Fondas, Cafés, Bares, Restaurantes y para el consumo particular”. Este azúcar estuchado llegó incluso a tener una marca propia cuya denominación fue “Flirt”.
En los años treinta del siglo pasado se creó una sucursal para la venta de Cafés El Criollo en la calle de Cerdán, nº 5. Tanto la tienda como la calle desaparecieron en los 1970 al realizar el Ayuntamiento la apertura de la Avenida de César Augusto.En estos años se convocó un concurso de dibujo para realizar la publicidad de los cafés El Criollo, según cuenta el Catedrático Manuel García Guatas en su libro “Publicidad Artística en Zaragoza”, certamen que fue ganado por el famoso dibujante y cartelista Guillermo. También el pintor Alberto Duce realizó dibujos para la publicidad de Cafés El Criollo.
Cafés El Criollo fue la única casa de cafés de España que concurrió a la “II Feria de Muestras Aragonesa”
Santiago Lascasas Calvo, fundador de Cafés El Criollo, murió en 1939 tras una vida entregada a su Empresa, sucediéndole en el negocio su hijo Santiago Lascasas Valtueña.
Estos años fueron muy difíciles para el negocio ya que el café quedó dentro del llamado Comercio de Estado, es decir el Estado era el único que podía importarlo y distribuirlo. La Segunda Guerra Mundial y el aislamiento a que fue condenado el régimen de Franco convirtieron en un milagro la obtención un kilo de café. A finales de los años 1950 el Ministerio de Comercio implantó la obligatoriedad de la venta de café envasado por lo que la Empresa recurrió a la adquisición de las máquinas más modernas para la confección de los reglamentarios paquetes cuyos tamaños oscilaban desde 50 gramos a 2 kilos.
En 1964 falleció Santiago Lascasas Valtueña por lo que su hijo, Santiago Lascasas Monreal, tercer eslabón de la cadena familiar, continuó al frente de Cafés El Criollo. La Empresa, buscando una modernización muy necesaria, se trasladó a los bajos del nº 28 de la calle Minas, en la zona de Miguel Servet-Las Fuentes.
En 1965 el Real Zaragoza, con los “Magníficos” al frente conquistó la Copa del Generalísimo y el Trofeo Carranza. Cafés El Criollo quiso recordarlo en el calendario que para 1966 regaló a sus clientes.
En la calle Minas permaneció dieciocho años, hasta 1982, en que se volvieron a trasladar las instalaciones, esta vez a una zona industrial pues dentro del casco urbano ya no era posible la expansión ni la adopción de maquinaria más moderna. Desde entonces “Cafés El Criollo” está en el Polígono Industrial San Valero, situado en la Carretera Nacional 232, conocida en Zaragoza por la Carretera de Castellón, y que recientemente se ha convertido en moderna autovía con el nombre de “A 68”.
El 1980 desapareció el Comercio de Estado para el café con lo cual las empresas del sector tuvieron libertad absoluta para dirigirse al mercado exterior y realizar las importaciones que precisasen. Con el fin de poder desenvolverse mejor en esta nueva faceta de su trabajo, nuestra Empresa se unió con algunas otras del mismo gremio formando la Unión de Industrias Torrefactoras Españolas, S. A., “UNITESA”, radicada en Barcelona.
En 1988 la Empresa tomó la forma jurídica de Sociedad Anónima. En 1990 Cafés El Criollo, S.A. absorbió a la empresa torrefactora “LACASA 2, S. L.”.
En 1992 El Criollo fue seleccionado como proveedor exclusivo de café del Pabellón de Aragón en la Exposición Universal de Sevilla.
En Septiembre de 1993, tras la conclusión de sus estudios de Licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Zaragoza, se incorporó a la gerencia Santiago Lascasas Cacho, cuarto eslabón de la cadena familiar.
Como desde la década de los 1960 “Cafés El Criollo” se había ido especializando en la producción de café para hostelería se pensó en dar una atención mayor a los clientes en lo relativo a cafeteras y molinos.
Se buscó personal especializado en mantenimiento y con él se creó una infraestructura con capacidad para atender a los clientes que precisasen ayuda en este campo.
Actualmente Comercial Hostelera San Valero, S. L. da servicio y atención a cuantos profesionales de la Hostelería lo precisan, tanto en cafeteras y molinos como en cualquier otro tipo de maquinaria hostelera.Comercial Hostelera San Valero instala cafeteras de muchos tipos pero dedica una atención especial a las procedentes de la marca italiana “Wega”.
La calidad de sus cafés es una obsesión para la empresa por lo que en 1982 instalan un laboratorio en donde se comprueba el café verde a su recepción, (criba, humedad, olor, etc.), tras el tueste (humedad, color, sabor), y finalmente su comportamiento en la preparación de un expreso, sistema empleado por nuestros clientes en hostelería.
Desde hace unos años Cafés El Criollo posee una instalación para fabricar las llamadas “monodosis”, sistema que permite la preparación de café expreso en pequeñas instalaciones, como puede ser en oficinas y casas particulares.
En Septiembre de 2000 la Asociación de Empresa Familiar de Aragón galardonó a Cafés El Criollo con el “Premio AEFA a la Empresa Familiar”, premio patrocinado por Heraldo de Aragón y Caja de Ahorros de la Inmaculada al que concurrieron empresas familiares centenarias.
En Marzo de 2001 fué la primera (y hasta ahora la única) Empresa Aragonesa de Torrefacción de Café en obtener de la Asociación Española de Normalización y Certificación, AENOR, la Certificación UNE-EN-ISO 9002, con el número de Registro ES-0398/2/1.
Esta Certificación implica que Cafés El Criollo ha implantado un sistema de control de su propio trabajo y su calidad que le compromete ante sus clientes como una Empresa responsable de cuanto vende o de cuantos servicios presta" (Fuente: Cafés El Criollo).
En su web podeis leer la apasionante historia de esta gran empresa aragonesa.
La historia comienza en 1886, cuando Santiago Lascasas Calvo emigra de Candasnos (Huesca) a Zaragoza y establece una tienda de ultramarinos en los bajos de la casa nº 20 de la calle de Santiago de Zaragoza (edificio desaparecido en los años 70).
Aquí vendía al por menor legumbres, bacalao, embutidos, bebidas y también materiales de limpieza, carbón, leña, aceite, y, por supuesto, café. Más adelante su actividad se amplió a los llamados Coloniales, es decir los mismos productos pero al por mayor, sirviendo a pequeñas tiendas de alimentación tanto de Zaragoza como de todo Aragón.En aquella época el café era comprado crudo por los particulares y en cada casa se procedía a su tueste, igualmente se hacía en los establecimientos de hostelería.
A finales del XIX Santiago Lascasas compró un tostador de café accionado manualmente, con el cual comenzó a tostar, al principio, pequeñas cantidades de café que vendía a su clientela. Las personas que, según costumbre todavía muy arraigada en Zaragoza, iban al Pilar a ver a la Virgen, al pasar por la calle de Forment esquina a Santiago percibían el exquisito olor que producía el tostador de Santiago Lascasas.
Poco a poco fueron sucumbiendo a la tentación de comprar ese café y así, dejaron de tostarlo en su casa, para llevarlo ya tostado a su vuelta del Pilar. Sin embargo todavía se seguía vendiendo café verde, es decir sin tostar, que compraban los establecimientos de hostelería y los particulares que preferían seguir realizando el tueste ellos mismos.
El tueste de café tomó gran importancia hasta el punto de que Lascasas se planteó utilizar una marca para identificar este producto cosa insólita en los principios del siglo XX. Pronto comenzó a vender sus cafés bajo la marca “El Criollo”.
Ante el éxito de la marca “Cafés El Criollo”, Santiago decide solicitar el registro de la misma, el cual le fue concedido el 30 de Agosto de 1910 según consta en el diploma que le fue otorgado por el Ministerio de Fomento de la época y que la Empresa conserva actualmente.
Se importaban, y se vendían, crudos y tostados, cafés de las procedencias más cotizadas en el momento, Yauco de Puerto Rico, Puerto Cabello de Venezuela, Moka del Yemen, Caracolillo de Puerto Rico y San Salvador, y muchos más. Se realizaba también el tueste torrefacto, una novedad entonces conocida como “concentración de aroma”.
También se dedicaba Lascasas a la fabricación de galletas, chocolates, turrones y otros dulces.
El aumento en las ventas de café hizo necesario adoptar una maquinaria más moderna por lo que se procedió a la compra e instalación de un tostador con tracción por motor eléctrico y fuego de carbón. En los 1930, se utilizó otra marca, “Arabia”, además de El Criollo. Representaba a un guerrero árabe blandiendo un alfanje en su mano y montado en un caballo con las patas delanteras levantadas.Otra actividad que tuvo mucha importancia fue el estuchado de azúcar. En Diciembre de 1915 se obtuvo la autorización del Ministerio de Fomento para utilizar la marca “El Criollo” distinguiendo azúcar. Igualmente se conserva el diploma que concedió el uso de esta marca Santiago Lascasas Calvo obtuvo con fecha 31 de Octubre de 1925 una Patente de Invención para “un nuevo sistema de envolturas o estuches para azúcares en cuadradillo, plaquetas u otras formas para el servicio de Fondas, Cafés, Bares, Restaurantes y para el consumo particular”. Este azúcar estuchado llegó incluso a tener una marca propia cuya denominación fue “Flirt”.
En los años treinta del siglo pasado se creó una sucursal para la venta de Cafés El Criollo en la calle de Cerdán, nº 5. Tanto la tienda como la calle desaparecieron en los 1970 al realizar el Ayuntamiento la apertura de la Avenida de César Augusto.En estos años se convocó un concurso de dibujo para realizar la publicidad de los cafés El Criollo, según cuenta el Catedrático Manuel García Guatas en su libro “Publicidad Artística en Zaragoza”, certamen que fue ganado por el famoso dibujante y cartelista Guillermo. También el pintor Alberto Duce realizó dibujos para la publicidad de Cafés El Criollo.
Cafés El Criollo fue la única casa de cafés de España que concurrió a la “II Feria de Muestras Aragonesa”
Santiago Lascasas Calvo, fundador de Cafés El Criollo, murió en 1939 tras una vida entregada a su Empresa, sucediéndole en el negocio su hijo Santiago Lascasas Valtueña.
Estos años fueron muy difíciles para el negocio ya que el café quedó dentro del llamado Comercio de Estado, es decir el Estado era el único que podía importarlo y distribuirlo. La Segunda Guerra Mundial y el aislamiento a que fue condenado el régimen de Franco convirtieron en un milagro la obtención un kilo de café. A finales de los años 1950 el Ministerio de Comercio implantó la obligatoriedad de la venta de café envasado por lo que la Empresa recurrió a la adquisición de las máquinas más modernas para la confección de los reglamentarios paquetes cuyos tamaños oscilaban desde 50 gramos a 2 kilos.
En 1964 falleció Santiago Lascasas Valtueña por lo que su hijo, Santiago Lascasas Monreal, tercer eslabón de la cadena familiar, continuó al frente de Cafés El Criollo. La Empresa, buscando una modernización muy necesaria, se trasladó a los bajos del nº 28 de la calle Minas, en la zona de Miguel Servet-Las Fuentes.
En 1965 el Real Zaragoza, con los “Magníficos” al frente conquistó la Copa del Generalísimo y el Trofeo Carranza. Cafés El Criollo quiso recordarlo en el calendario que para 1966 regaló a sus clientes.
En la calle Minas permaneció dieciocho años, hasta 1982, en que se volvieron a trasladar las instalaciones, esta vez a una zona industrial pues dentro del casco urbano ya no era posible la expansión ni la adopción de maquinaria más moderna. Desde entonces “Cafés El Criollo” está en el Polígono Industrial San Valero, situado en la Carretera Nacional 232, conocida en Zaragoza por la Carretera de Castellón, y que recientemente se ha convertido en moderna autovía con el nombre de “A 68”.
El 1980 desapareció el Comercio de Estado para el café con lo cual las empresas del sector tuvieron libertad absoluta para dirigirse al mercado exterior y realizar las importaciones que precisasen. Con el fin de poder desenvolverse mejor en esta nueva faceta de su trabajo, nuestra Empresa se unió con algunas otras del mismo gremio formando la Unión de Industrias Torrefactoras Españolas, S. A., “UNITESA”, radicada en Barcelona.
En 1988 la Empresa tomó la forma jurídica de Sociedad Anónima. En 1990 Cafés El Criollo, S.A. absorbió a la empresa torrefactora “LACASA 2, S. L.”.
En 1992 El Criollo fue seleccionado como proveedor exclusivo de café del Pabellón de Aragón en la Exposición Universal de Sevilla.
En Septiembre de 1993, tras la conclusión de sus estudios de Licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Zaragoza, se incorporó a la gerencia Santiago Lascasas Cacho, cuarto eslabón de la cadena familiar.
Como desde la década de los 1960 “Cafés El Criollo” se había ido especializando en la producción de café para hostelería se pensó en dar una atención mayor a los clientes en lo relativo a cafeteras y molinos.
Se buscó personal especializado en mantenimiento y con él se creó una infraestructura con capacidad para atender a los clientes que precisasen ayuda en este campo.
Actualmente Comercial Hostelera San Valero, S. L. da servicio y atención a cuantos profesionales de la Hostelería lo precisan, tanto en cafeteras y molinos como en cualquier otro tipo de maquinaria hostelera.Comercial Hostelera San Valero instala cafeteras de muchos tipos pero dedica una atención especial a las procedentes de la marca italiana “Wega”.
La calidad de sus cafés es una obsesión para la empresa por lo que en 1982 instalan un laboratorio en donde se comprueba el café verde a su recepción, (criba, humedad, olor, etc.), tras el tueste (humedad, color, sabor), y finalmente su comportamiento en la preparación de un expreso, sistema empleado por nuestros clientes en hostelería.
Desde hace unos años Cafés El Criollo posee una instalación para fabricar las llamadas “monodosis”, sistema que permite la preparación de café expreso en pequeñas instalaciones, como puede ser en oficinas y casas particulares.
En Septiembre de 2000 la Asociación de Empresa Familiar de Aragón galardonó a Cafés El Criollo con el “Premio AEFA a la Empresa Familiar”, premio patrocinado por Heraldo de Aragón y Caja de Ahorros de la Inmaculada al que concurrieron empresas familiares centenarias.
En Marzo de 2001 fué la primera (y hasta ahora la única) Empresa Aragonesa de Torrefacción de Café en obtener de la Asociación Española de Normalización y Certificación, AENOR, la Certificación UNE-EN-ISO 9002, con el número de Registro ES-0398/2/1.
Esta Certificación implica que Cafés El Criollo ha implantado un sistema de control de su propio trabajo y su calidad que le compromete ante sus clientes como una Empresa responsable de cuanto vende o de cuantos servicios presta" (Fuente: Cafés El Criollo).