Nico está confuso. “Estás en la edad, ya se te pasará”, dice su padre como respuesta estándar mientras mira la pantalla de su ordenador. Pero aún así, ¿cómo, teniendo dos mamás, nadie le hace ni caso? Sin embargo, él sabe que es un genio digno de ser escuchado, y reconoce su absoluta superioridad sobre el resto de niños de su clase. Especialmente sobre ése, el gordo. Pero ser un genio es aburrido. Seguro que a otras mentes lúcidas y atormentadas como Schopenhauer o el doctor Kabuto les pasó lo mismo. Nico se podría conformar con los sueños de cualquier niño: hacerse rico y famoso, que su colegio de curas se reduzca a cenizas, y comerse un helado de chocolate. No necesariamente en ese orden. A veces, cuando eres tan guay te sientes solo. Nico lo sabe, y en esos momentos hace uso de una imaginación que haría las delicias de cualquier psicólogo infantil. Lo que Nico ya no tiene muy seguro es si sus monstruosos amigos son de verdad o no. Tampoco sabe si le caen bien, a veces son sus entrañables confidentes, pero otras veces se vuelven insoportablemente irascibles y reivindicativos. Ellos son Nico&Co. Antonio Correas (Zaragoza 1983, afincado en Madrid), empezó a dibujar cuando de pequeño le dijo a alguien que de mayor quería ser ingeniero de sistemas, a lo que éste le contestó “pues procura que por lo menos tus hobbies sean divertidos”. Más tarde, tras años de mancharse sin talento las manos de acuarela y metérsele carboncillos por la puntica de las uñas, fue cuando Juanita le regaló esa tableta gráfica que fue el acabóse. En 2009 empieza Nico&Co, su primer proyecto de webcómic
Nico está confuso. “Estás en la edad, ya se te pasará”, dice su padre como respuesta estándar mientras mira la pantalla de su ordenador. Pero aún así, ¿cómo, teniendo dos mamás, nadie le hace ni caso? Sin embargo, él sabe que es un genio digno de ser escuchado, y reconoce su absoluta superioridad sobre el resto de niños de su clase. Especialmente sobre ése, el gordo. Pero ser un genio es aburrido. Seguro que a otras mentes lúcidas y atormentadas como Schopenhauer o el doctor Kabuto les pasó lo mismo. Nico se podría conformar con los sueños de cualquier niño: hacerse rico y famoso, que su colegio de curas se reduzca a cenizas, y comerse un helado de chocolate. No necesariamente en ese orden. A veces, cuando eres tan guay te sientes solo. Nico lo sabe, y en esos momentos hace uso de una imaginación que haría las delicias de cualquier psicólogo infantil. Lo que Nico ya no tiene muy seguro es si sus monstruosos amigos son de verdad o no. Tampoco sabe si le caen bien, a veces son sus entrañables confidentes, pero otras veces se vuelven insoportablemente irascibles y reivindicativos. Ellos son Nico&Co. Antonio Correas (Zaragoza 1983, afincado en Madrid), empezó a dibujar cuando de pequeño le dijo a alguien que de mayor quería ser ingeniero de sistemas, a lo que éste le contestó “pues procura que por lo menos tus hobbies sean divertidos”. Más tarde, tras años de mancharse sin talento las manos de acuarela y metérsele carboncillos por la puntica de las uñas, fue cuando Juanita le regaló esa tableta gráfica que fue el acabóse. En 2009 empieza Nico&Co, su primer proyecto de webcómic