Los domadores del balón. Un diario del Mundial de Fútbol de 2006 de Antón Castro (Eclipsados. Zaragoza, 2010) analiza los partidos del Mundial, ofrece algunas crónicas y a la vez es una mirada sobre la historia de los Mundiales, de sus jugadores y de sus goleadores, y de las grandes selecciones de la historia: la Hungría de Puskas en 1954, el Brasil de 1958 y de 1970 de Pelé, la Holanda de Cruyff, la Alemania de 1974 de Beckenbauer, y a la vez se narran historias sociales del fútbol, e incluso se habla de las vinculaciones con el fútbol y la poesía.
El Mundial de Fútbol de 2006 lo organizó Alemania, como había hecho en 1974, cuando el equipo de Franz Beckenbauer venció contra todo pronóstico a la “naranja mecánica” que lideraba Johan Cruyff, el hombre orquesta, el futbolista moderno. España cayó, como casi siempre, demasiado pronto ante Francia, aunque ya mostró la línea de trabajo que le conduciría dos años, en 2008, después a conquistar la Eurocopa ante la Alemania de Michael Ballack. Los anfitriones perdieron en semifinales ante Italia, y habrían de conformarse con la tercera plaza. Francia eliminó a Portugal y se plantó en la final. Los italianos, liderados por Gianluigi Buffon y Fabio Cannavaro, ganaron a los penaltis. Fue el adiós, sin gloria, de Zinedine Zidane, y el día de la ira (le dio un cabezazo a Materazzi, que habría insultado gravemente a su familia), y el despertar de jóvenes figuras como Cristiano Ronaldo, Messi, Villa. Estos textos fueron un ‘Diario del Mundial de Fútbol de 2006’, aparecieron en Heraldo de Aragón, gracias a la gentileza de Mikel Iturbe y José Miguel Tafalla y a los compañeros de la sección de Deportes, y son la crónica de algunos de los encuentros más importantes y una mirada a la historia de los Mundiales y de sus grandes protagonistas. Se recuerdan a los futbolistas del aire de Brasil, la Inglaterra de 1966 liderada por Bobby Charlton, la pasión por el fútbol de países como Argentina, Holanda e Italia, y, entre otros muchos detalles, el libro también viaja a la infancia y a la adolescencia cuando el fútbol se vive casi como una forma de vida y una estación de paso coronada de héroes.
El Mundial de Fútbol de 2006 lo organizó Alemania, como había hecho en 1974, cuando el equipo de Franz Beckenbauer venció contra todo pronóstico a la “naranja mecánica” que lideraba Johan Cruyff, el hombre orquesta, el futbolista moderno. España cayó, como casi siempre, demasiado pronto ante Francia, aunque ya mostró la línea de trabajo que le conduciría dos años, en 2008, después a conquistar la Eurocopa ante la Alemania de Michael Ballack. Los anfitriones perdieron en semifinales ante Italia, y habrían de conformarse con la tercera plaza. Francia eliminó a Portugal y se plantó en la final. Los italianos, liderados por Gianluigi Buffon y Fabio Cannavaro, ganaron a los penaltis. Fue el adiós, sin gloria, de Zinedine Zidane, y el día de la ira (le dio un cabezazo a Materazzi, que habría insultado gravemente a su familia), y el despertar de jóvenes figuras como Cristiano Ronaldo, Messi, Villa. Estos textos fueron un ‘Diario del Mundial de Fútbol de 2006’, aparecieron en Heraldo de Aragón, gracias a la gentileza de Mikel Iturbe y José Miguel Tafalla y a los compañeros de la sección de Deportes, y son la crónica de algunos de los encuentros más importantes y una mirada a la historia de los Mundiales y de sus grandes protagonistas. Se recuerdan a los futbolistas del aire de Brasil, la Inglaterra de 1966 liderada por Bobby Charlton, la pasión por el fútbol de países como Argentina, Holanda e Italia, y, entre otros muchos detalles, el libro también viaja a la infancia y a la adolescencia cuando el fútbol se vive casi como una forma de vida y una estación de paso coronada de héroes.