La tristeza y la furia


A un estanque mágico llegaron una vez a bañarse haciéndose mutua compañía la tristeza y la furia. Llegaron junto al agua, se quitaron las ropas, y desnudas, entraron a bañarse. La furia, apurada como siempre, inquieta sin saber por qué, se bañó y rápidamente salió del estanque. Pero como la furia es casi ciega se puso la primera ropa ...que manoteó, que no era sino la de la tristeza. Vestida de tristeza, la furia se fue como si nada pasara. La tristeza, tranquila y serena, tomándose el tiempo del tiempo, como si no tuviera ningún apuro, porque nunca lo tiene, mansamente se quedó en el agua bañándose mucho rato, y cuando terminó, quizás aburrida del agua, salió y se dio cuenta de que no estaba su ropa. Si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que para no estar al descubierto, se puso la única ropa que había, la de la furia. Y así vestida siguió su camino. Cuentan que a veces cuando uno ve al otro furioso, cruel, despiadado y ciego de ira, parece que estuviera enojado, pero si uno se fija con cuidado se da cuenta de que la furia es un disfraz, y que detrás de esa furia salvaje se esconde en realidad la tristeza.
Visto en el fb de Clara I. Zamora