CHERNÓBIL significa AJENJO en Ucraniano. AJENJO: Es un fuerte irritante gastrointestinal. La tuyona a dosis altas tiene efectos tóxicos en el sistema nervioso central, lo que ocasiona problemas psíquicos y sensoriales. Los síntomas más comunes por intoxicación son: vómitos, retención urinaria, mareos, convulsiones, temblores, insomnio, vértigos, vómitos, etc…
La Biblia en uno de sus pasajes dice: Tocó la trompeta el tercer ángel, y cayó del cielo un astro grande, ardiendo como una tea, y cayó en la tercera parte de los ríos y en las fuentes de las aguas. El nombre de ese astro es Ajenjo. Y convirtiose en ajenjo la tercera parte de las aguas, y muchos de los hombres murieron por las aguas, que se habían vuelto amargas. San Juan, Apocalipsis, III, 10-12
Detrás de una catástrofe siempre se esconde una historia humana. Este es el relato de una de las muchas familias que tras el terrible accidente nuclear de Chernóbil marcharon de su hogar convencidas de regresar al cabo de apenas unos días. Pero era demasiado tarde, un enemigo invisible se había apoderado de sus pertenencias, de sus casas, de sus tierras, y estaba dispuesto a permanecer allí durante decenas de miles de años. Francisco Sánchez y Natacha Bustos narran la historia de unos personajes ficticios que bien pudieron existir, ofreciendo una invitación al lector a comprender, explorar y reflexionar sobre lo que aún hoy en día representa Chernóbil.
La Biblia en uno de sus pasajes dice: Tocó la trompeta el tercer ángel, y cayó del cielo un astro grande, ardiendo como una tea, y cayó en la tercera parte de los ríos y en las fuentes de las aguas. El nombre de ese astro es Ajenjo. Y convirtiose en ajenjo la tercera parte de las aguas, y muchos de los hombres murieron por las aguas, que se habían vuelto amargas. San Juan, Apocalipsis, III, 10-12
Detrás de una catástrofe siempre se esconde una historia humana. Este es el relato de una de las muchas familias que tras el terrible accidente nuclear de Chernóbil marcharon de su hogar convencidas de regresar al cabo de apenas unos días. Pero era demasiado tarde, un enemigo invisible se había apoderado de sus pertenencias, de sus casas, de sus tierras, y estaba dispuesto a permanecer allí durante decenas de miles de años. Francisco Sánchez y Natacha Bustos narran la historia de unos personajes ficticios que bien pudieron existir, ofreciendo una invitación al lector a comprender, explorar y reflexionar sobre lo que aún hoy en día representa Chernóbil.