"Los premios populares más maños que nunca" (Álvaro Pons)

¿Comentario? Pues pocos ante unos resultados muy previsibles. Quizás la gran sorpresa ha sido ver que Los muertos vivientes de Robert Kirkman se alzase con el premio de la votación de los profesionales frente a obras más consideradas como “premiables” como Wilson o Asterios Polyp (que, paradójicamente, se lleva el premio del público), pero que sólo se traduce en dos cosas, a saber: primero, que los profesionales también son humanos y les pueden gustar tebeos de clara vocación comercial como el de Kirkman y, segundo, que un tebeo sea comercial no implica que sea basura -aunque la industria se empeñe en que esa equivalencia sea directa- y la obra de Kirkman y Adlard es un excelente ejemplo de cómo conjugar calidad con nutridas ventas. Por lo demás, Paco Roca demuestra que es uno de los mejores autores que tenemos repitiendo éxito (sinceramente, pensaba que Arrugas iba a actuar más como un lastre) y que Astiberri pone bien el ojo en su selección de obras y autores, casi monopolizando estos premios con los galardones de Roca, el muy acertado de David Sánchez o el merecido sobradamente de Santiago García después de décadas de dedicación a la historieta (que la gente sólo se acuerda de La Novela Gráfica pero Don Santiago lleva escribiendo de esto desde tiempo ha en su encarnación trajana). Por su parte, los premios populares más maños que nunca, con los Malavida, Juan Royo y un Nacho Casanova que se merece no sólo el de dibujo, sino los que le echen. Pero, sobre todo y ante todo, felicitaciones al jurado del Gran Premio, que se estrena con un justísimo reconocimiento a uno de los grandes, Jordi Longarón, un premio que reconoce su extensa labor y, con él, la de toda un generación que tuvo que trabajar de forma casi invisible desde las agencias para países como Francia, EE.UU. o Reino Unido. Que el Salón vuelva por esta senda, es una extraordinaria noticia.´
Texto: ÁLVARO PONS.