En una pequeña localidad de la costa, en plena temporada, cae una lluvia torrencial y desde hace varios días la población luce desierta. Hace bastante tiempo que la crisis viene azotando este lugar: todos tienen deudas y viven a base de créditos. Por fortuna, llega un gringo millonario, forrado de billetes y entra en el único pequeño hotel del lugar. Pide una habitación. Pone un billete de 100 dólares en la mesa de la recepcionista y se va a ver las habitaciones. El dueño del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar lo que le debe al carnicero. Éste toma el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos. A su vez, éste va enseguido a pagar lo que tiene pendiente con el molino proveedor de alimentos para animales. El dueño del molino toma el billete al vuelo y se dirige a liquidar su deuda con María, la prostituta del pueblo a la que hace tiempo que no le paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito. La prostituta con el billete en mano sale para el pequeño hotel donde había traído a sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado y le entrega el billete al dueño del hotel. En este momento está bajando el gringo, quien acaba de echar un vistazo a las habitaciones y dice que no le convence ninguna: toma el billete y se va. Nadie ha ganado un centavo, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza!