La primera lectura de una tesis doctoral sobre la historia del fútbol que se da en la universidad española ha tenido lugar en Zaragoza. El autor de este trabajo, Pedro Ciria, ha basado su investigación en la influencia de este deporte en la sociedad de la capital aragonesa de principios del siglo XX.
El fútbol surgió en Zaragoza en 1903 cuando un grupo de estudiantes de Medicina comenzó a practicarlo. Los periódicos y las autoridades de la ciudad comenzaron a seguir estos partidos, que supusieron la semilla que germinaría en los años 20 con el denominado boom futbolístico. En esta década la afición por el fútbol se extendió entre toda la sociedad, de manera que los grandes empresarios y los políticos comenzaron a involucrarse en este deporte. Durante los años 20, el fútbol se convirtió en un camino para ascender en la escala social.
En la temporada 1927-28, el catedrático de Medicina de la Universidad de Zaragoza, José María Muniesa, hermano del alcalde interino Augusto Muniesa, presentó ante la Real Federación Española de Fútbol el texto constitutivo de lo que hoy en día se conoce como Liga Profesional de Fútbol. Por lo tanto este aragonés es el verdadero padre de la
La construcción de campos permite seguir la trama urbanística de la ciudad en la que se estaba produciendo una carrera por disponer del mejor campo de fútbol. De la época destacó en importancia el campo de La Sierra Purroy, en Torrero, y por su belleza el del Parque Buril, del que todavía se conservan algunos vestigios de su arquitectura.
Los problemas económicos relacionados con este deporte ya existían en los años treinta. El Real Zaragoza no nació en 1932, sino que se trata de una absorción del Zaragoza por parte del antiguo club Iberia, que accedió a perder su nombre para así no asumir deudas pendientes y atraer nuevos inversores. Se realizó una trampa legal para que el equipo surgido de la absorción se mantuviera en la categoría nacional, por lo que el Real Zaragoza que juega hoy en la Romareda dataría, como mínimo, de 1922 y cumpliría 90 años hoy, 25 de enero.
Es cuestionado el derecho del Real Zaragoza a mantener el apelativo regio, pues también debido a las fusiones de equipos que se produjeron el club perdió el derecho a este título en el año 1932, aunque directivos posteriores lo recuperasen sin base legal y sin que quede constancia de que la Casa Real lo concediese.
El tribunal ante el que defendió el trabajo de Pedro Ciria estuvo presidido por Eduardo Bandrés, expresidente del Real Zaragoza y catedrático de Economía de la Universidad de Zaragoza; y contó como secretario con Agustín Ubieto, exconsejero de la misma entidad y catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza. La calificación fue sobresaliente cum laude.
El fútbol surgió en Zaragoza en 1903 cuando un grupo de estudiantes de Medicina comenzó a practicarlo. Los periódicos y las autoridades de la ciudad comenzaron a seguir estos partidos, que supusieron la semilla que germinaría en los años 20 con el denominado boom futbolístico. En esta década la afición por el fútbol se extendió entre toda la sociedad, de manera que los grandes empresarios y los políticos comenzaron a involucrarse en este deporte. Durante los años 20, el fútbol se convirtió en un camino para ascender en la escala social.
En la temporada 1927-28, el catedrático de Medicina de la Universidad de Zaragoza, José María Muniesa, hermano del alcalde interino Augusto Muniesa, presentó ante la Real Federación Española de Fútbol el texto constitutivo de lo que hoy en día se conoce como Liga Profesional de Fútbol. Por lo tanto este aragonés es el verdadero padre de la
La construcción de campos permite seguir la trama urbanística de la ciudad en la que se estaba produciendo una carrera por disponer del mejor campo de fútbol. De la época destacó en importancia el campo de La Sierra Purroy, en Torrero, y por su belleza el del Parque Buril, del que todavía se conservan algunos vestigios de su arquitectura.
Los problemas económicos relacionados con este deporte ya existían en los años treinta. El Real Zaragoza no nació en 1932, sino que se trata de una absorción del Zaragoza por parte del antiguo club Iberia, que accedió a perder su nombre para así no asumir deudas pendientes y atraer nuevos inversores. Se realizó una trampa legal para que el equipo surgido de la absorción se mantuviera en la categoría nacional, por lo que el Real Zaragoza que juega hoy en la Romareda dataría, como mínimo, de 1922 y cumpliría 90 años hoy, 25 de enero.
Es cuestionado el derecho del Real Zaragoza a mantener el apelativo regio, pues también debido a las fusiones de equipos que se produjeron el club perdió el derecho a este título en el año 1932, aunque directivos posteriores lo recuperasen sin base legal y sin que quede constancia de que la Casa Real lo concediese.
El tribunal ante el que defendió el trabajo de Pedro Ciria estuvo presidido por Eduardo Bandrés, expresidente del Real Zaragoza y catedrático de Economía de la Universidad de Zaragoza; y contó como secretario con Agustín Ubieto, exconsejero de la misma entidad y catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza. La calificación fue sobresaliente cum laude.