Editorial culturaRSC.com Los fondos de inversión socialmente responsables (ISR) siguen estancados en España. Por lo menos en cuanto al mercado minorista se refiere. 10.000 responsables partícipes invierten 134 millones de euros en fondos ISR. El patrimonio total gestionado en España en fondos de inversión es de 144.000 millones de euros. No hagan el cálculo del porcentaje que supone la ISR para no deprimirse. No hay oferta y tampoco demanda. Tan solo 16 fondos de inversión son ISR. Los inversores españoles: instituciones, entidades religiosas, sindicatos, patronales, fundaciones parecen no estar interesadas en conocer cuál es el destino final de su patrimonio financiero y muy pocas aplican políticas ISR en la gestión de sus fondos. La falta de cultura RSC en nuestro país, de transparencia y de confianza así como los prejuicios sobre este tipo de inversión y, en muchos casos, la escasa calidad en la gestión, se antojan condicionantes del escaso éxito de la ISR en España a diferencia de otros países más avanzados.
No obstante, los planes de pensiones de empleo de grandes entidades financieras sí aplican políticas ISR. En España gestionan la nada despreciable cifra de 15.000 millones de euros. ¿Por qué sin embargo son reacios a generalizar este tipo de políticas al resto de sus fondos? La ISR no puede mantenerse solo a un nivel interno en la gestión. Debe llegar a los inversores particulares y deben ser éstos quienes soliciten a sus entidades la aplicación de políticas ISR en sus fondos de inversión. Por su parte estas grandes entidades deben tener la valentía suficiente de llevar la ISR a los inversores minoristas y apostar por formar a sus gestores comerciales en este ámbito. Unos y otros ganarán con el cambio.
No obstante, los planes de pensiones de empleo de grandes entidades financieras sí aplican políticas ISR. En España gestionan la nada despreciable cifra de 15.000 millones de euros. ¿Por qué sin embargo son reacios a generalizar este tipo de políticas al resto de sus fondos? La ISR no puede mantenerse solo a un nivel interno en la gestión. Debe llegar a los inversores particulares y deben ser éstos quienes soliciten a sus entidades la aplicación de políticas ISR en sus fondos de inversión. Por su parte estas grandes entidades deben tener la valentía suficiente de llevar la ISR a los inversores minoristas y apostar por formar a sus gestores comerciales en este ámbito. Unos y otros ganarán con el cambio.