El Salón Internacional del Cómic de Barcelona quiere rendir un homenaje a uno de los grandes maestros y a la vez pioneras del cómic como es Winsor McCay (1869-1934) con una exposición de carácter antológico. Se podrán ver páginas originales de su mítica serie Little Nemo in Slumberland, además de mostrar páginas de prensa de la época donde se reprodujo este cómic. La muestra también incluye originales de otras series suyas como Little Sammy Sweeze y Dream of the Rarebit Fiend, así como ilustraciones políticas de la época. La exposición está comisariada por Vicent Sanchis, periodista e historiador de cómic, que cuenta con originales procedentes de su colección, así como páginas cedidas per Bernard Mahé y Jaume Vaquer.
El cómic acababa de nacer cuando Winsor McCay fue capaz de tocar techo, alcanzar la maestría y desplegar un mundo de sueños que se puede considerar la culminación del nuevo arte. Un siglo después nadie ha sido capaz, como McCay, de generar un concepto semejante, una combinación sorprendente donde la imaginación encaje a la perfección dibujos, sueños, pesadillas, personajes, arquitectura, paisajes, paraísos e infiernos. Más allá de cualquier moral. Eso es Little Nemo, el sueño de la perfección de Winsor McCay. Esta exposición reúne los originales que permiten captar la creatividad de su creador en su máxima expresión.
Winsor McCay desarrolló una actividad como dibujante frenética, compulsiva. Empezó a trabajar en la prensa como ilustrador en 1889. Des del primer momento fue capaz de crear y combinar chistes gráficos, ilustraciones, caricaturas y dibujos políticos, páginas de cómic de series diferentes y los primeros grandes intentos de películas de dibujos animados. McCay empezó a despuntar en el estilo que después lo caracterizaría con las series Little Sammy Sneeze (1904) y Dream of a Rarebit Friend (1904), unas historias en las que los personajes y la estructura de la página transgredieron los cánones y los límites que el cómic empezaba a incorporar como definitorios. En 1905 empezó a dibujar su gran creación –Little Nemo in Slumberland– en las páginas dominicales del New York Herald.
El cómic acababa de nacer cuando Winsor McCay fue capaz de tocar techo, alcanzar la maestría y desplegar un mundo de sueños que se puede considerar la culminación del nuevo arte. Un siglo después nadie ha sido capaz, como McCay, de generar un concepto semejante, una combinación sorprendente donde la imaginación encaje a la perfección dibujos, sueños, pesadillas, personajes, arquitectura, paisajes, paraísos e infiernos. Más allá de cualquier moral. Eso es Little Nemo, el sueño de la perfección de Winsor McCay. Esta exposición reúne los originales que permiten captar la creatividad de su creador en su máxima expresión.
Winsor McCay desarrolló una actividad como dibujante frenética, compulsiva. Empezó a trabajar en la prensa como ilustrador en 1889. Des del primer momento fue capaz de crear y combinar chistes gráficos, ilustraciones, caricaturas y dibujos políticos, páginas de cómic de series diferentes y los primeros grandes intentos de películas de dibujos animados. McCay empezó a despuntar en el estilo que después lo caracterizaría con las series Little Sammy Sneeze (1904) y Dream of a Rarebit Friend (1904), unas historias en las que los personajes y la estructura de la página transgredieron los cánones y los límites que el cómic empezaba a incorporar como definitorios. En 1905 empezó a dibujar su gran creación –Little Nemo in Slumberland– en las páginas dominicales del New York Herald.