Tras muchos dimes y
diretes, España ha conseguido una línea de crédito de 100.000 millones de euros a un
tipo inferior al del mercado (¿2%?) con el objetivo de recapitalizar al sistema
financiero.
Los detalles técnicos (tipo
de interés definitivo, plazo, tramos en que se podrá disponer de los importes…)
no se han hecho públicos todavía ya que están supeditados a los resultados
definitivos de las auditorías sobre bancos y cajas (ahora ya bancos).
La línea se canalizará desde
los mecanismos de estabilidad (FEEF y MeDe) al FROB que los redistribuirá entre bancos y cajas en apuros por lo que no afectará (digo) ni al nivel de deuda pública ni
al déficit de las administraciones públicas.
El sector financiero se
verá sometido a profundas reformas de balance y de estructura, limitación
del cobro de dividendos, reducciones de estructura y nuevas fusiones. Faltaría ver qué sucede con las superprimas de
sus superdirectivos.
Tanto que nos quejamos de la falta de financiación en España, ésta
es una buena noticia. El rescate supone financiación barata ¿qué más se puede pedir? Sí,
un pequeño detalle, nimio, insignificante, sin apenas importancia: que no se despilfarre. Que los
consejeros den consejos y no se limiten a cobrar dietas y que los
directivos dirijan y no se limiten a cobrar indemnizaciones monstruosas
cuando dimitan tras hacer quebrar su entidad.