Para Alberto Royo,
secretario general del Sindicato de Profesores de Educación Secundaria
(SPES) el ejercicio de la memorización
«sigue siendo imprescindible en la enseñanza» pese a que «a partir de
la implantación de la LOGSE en 1990 se ha venido despreciando la memoria
con el pretexto de que memorizar excluye razonar o pensar, como si la
repetición de un concepto hasta su asimilación fuera en contra del
desarrollo creativo del alumno».
¿Cómo aprender música sin memorizar las
notas, las figuras, los compases; literatura sin memorizar el nombre de
autores y obras literarias; historia sin memorizar el de reyes, héroes,
batallas...?, se pregunta.
«Nadie pone en duda el poco sentido de
memorizar la lista de los reyes godos»,
continúa, «pero extender este absurdo a cualquier memorización, por
ejemplo, la de la lista de los Austrias o los Borbones, indispensable
para tener al menos unas nociones de historia moderna y contemporánea de
España, no resiste la más elemental de las discusiones».
Citando a Fernando Savater, Royo
subraya que «la educación humanista no solo consiste en enseñar a
aprender, en fomentar la espontaneidad creadora del alumno, ni mucho
menos en preparar técnicamente, sino también en transmitir contenidos fraguados en la dialéctica de los siglos y en desarrollar la memoria de un legado pasado que da sentido al presente y abre paso al futuro».
La memorización «es uno más» de los
procesos que se llevan a cabo con el aprendizaje, que «no es
incompatible con el raciocinio o la capacidad y contrastar información»,
subraya Royo.
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