El Palau Marc de la Conselleria de Cultura de la Generalitat de Catalunya en Barcelona ha acogido esta semana la presentación de la 32ª edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Este año, la gran cita del mundo del cómic se celebrará entre el 15 al 18 de mayo en los Palacios número 1 y 2 de la Fira Barcelona Montjuïc, ocupando un total de 32.000 metros cuadrados, un incremento del 70 por ciento respecto al año pasado.
La presentación contó con la presencia de:
Ferran Mascarell, conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya
Llucià Homs, directora de Promoció de Sectors Culturals de l'ICUB
Daniel Fernández, presidente de FICOMIC y del Gremi d’Editors de Catalunya
Carles Santamaria, director del 32 Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Ferran Mascarell ha destacado que, cada año, la ambición del Salón del Cómic “es mayor”. “El Salón es ya un elemento de referencia en la ciudad y entorno a él se ha producido una importante efervescencia creativa”, a la vez que ha permitido “internacionalizar la industria local”. “Hoy en día el Salón del Cómic nos parece una plataforma imprescindible, fundamental, para la cultura del país”, ha añadido.
Llucià Homs ha coincidido en señalar el carácter referencial del certamen, comparándolo con la importancia que otros festivales, como Sónar o Primavera Sound, tienen para la ciudad y sobre todo ha destacado “la sincronía total que tiene con el público”.
De la edición, ha señalado la importancia que tiene el hecho de que muestre el cómic como “una herramienta más para reflexionar” sobre la guerra.
Para Daniel Fernández, presidente de FICOMIC, está claro que Barcelona no es sólo “una vieja capital editorial sino también una vieja capital de ilustradores, puesto que existen ilustradores de referencia desde el siglo XIX”. Fernández también ha querido destacar que el cómic está resistiendo la crisis mejor que el libro porque “sigue aumentando ventas” y ha apuntado que “el Salón del Cómic de Barcelona es el más ambicioso de Europa por su fuerza y variedad en oferta de actividades”.
Carles Santamaria ha expuesto los principales atractivos de esta edición, cuyo eje central tiene que ver con la presencia del género bélico en la historieta y que tiene como plato fuerte “una macro exposición dedicada a la viñeta bélica de un total de 550 originales de todo el mundo”, entre ellos una treintena de dibujos realizados por prisioneros de campos de concentración. La muestra, cuyo título es Cómics en guerra, está concebida como una instalación que aportará una visión antológica de las viñetas bélicas, dividida cronológicamente en los diversos periodos de la Historia, además de apartados dedicados a los corresponsales de guerra y a los genocidios y exilios.
Además, a la muestra se le unirá una puesta en escena espectacular con la colaboración de diferentes asociaciones de reconstrucción histórica y de coleccionistas de vehículos militares.
Para Santamaría era el momento perfecto para homenajear la historieta de temática bélica, “que no sólo ha sido épica sino que también ha movido a la reflexión, como demuestran los clásicos de Spiegelman y Tardi, puesto que este año se cumple el centenario de la Primera Guerra Mundial, el tricentenario del fin de la Guerra de Sucesión y los 75 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial y del fin de la Guerra Civil”.
Esta actividad, que incluye mesas redondas, audiovisuales, dioramas y espacio de juego de estrategia, ocupará todo el recinto del Palacio 1, una superficie de unos 12.000 metros cuadrados.
A Cómics en guerra se sumarán otras grandes exposiciones, como las dedicadas a los aniversarios de Batman y Lobezno, o del mítico Popeye, “un icono de la cultura popular”, ha señalado Santamaria, y al cómic autobiográfico, “el género de más éxito en este momento dentro de la novela gráfica”.
Por supuesto, también se contará con las muestras de los ganadores de los premios de la pasada edición: Purita Campos, Miguelanxo Prado, Oriol Hernández (premio al Autor Revelación, galardón patrocinado por la Fundación Divina Pastora) y el fanzine Adobo.
También ha explicado que la muestra Por el derecho a sonreír, donde diferentes humoristas gráficos reflexionan sobre el debate político sobre El Derecho a decidir, “pretende aportarle un punto de humor, que también es una manera de empezar a entendernos”.
De la lista de invitados extranjeros confirmados, Carles Santamaria ha destacado la presencia de Joe Sacco, Brian Azzarello, los británicos Andrew Wildman (Transformers) y Mike Carey (The Unwritten) y el argentino Eduardo Risso (100 Balas), entre un largo etcétera en el que figuran desde Jason hasta Audrey Spiry (En silencio), el serbio R.M. Guéra (Django Desencadenado) o Ramón K. Pérez (Cuento de arena). En cuanto a las actividades paralelas, este año se organiza desde una doble sesión de cine bélico (comandada por The Phenomena Experience) hasta una muestra sobre los cómics dedicados al universo Star Wars en la Biblioteca Can Fabra.
Como novedad, ha asegurado Santamaria, este año el Salón acogerá, además de las entrevistas entre destacados editores extranjeros y autores españoles, una carpa en la que los autores que lo deseen podrán poner a la venta sus originales, “como ocurre en las Comicon norteamericanas”, ha especificado el director del Salón del Cómic.
También ha destacado la presencia del cómic argentino con un espacio que permitirá conocer la realidad editorial y creativa de este país.
El certamen tiene el apoyo del Departament de Cultura la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y la Diputación de Barcelona.
Este año, la gran cita del mundo del cómic se celebrará entre el 15 al 18 de mayo en los Palacios número 1 y 2 de la Fira Barcelona Montjuïc, ocupando un total de 32.000 metros cuadrados, un incremento del 70 por ciento respecto al año pasado.
La presentación contó con la presencia de:
Ferran Mascarell, conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya
Llucià Homs, directora de Promoció de Sectors Culturals de l'ICUB
Daniel Fernández, presidente de FICOMIC y del Gremi d’Editors de Catalunya
Carles Santamaria, director del 32 Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Ferran Mascarell ha destacado que, cada año, la ambición del Salón del Cómic “es mayor”. “El Salón es ya un elemento de referencia en la ciudad y entorno a él se ha producido una importante efervescencia creativa”, a la vez que ha permitido “internacionalizar la industria local”. “Hoy en día el Salón del Cómic nos parece una plataforma imprescindible, fundamental, para la cultura del país”, ha añadido.
Llucià Homs ha coincidido en señalar el carácter referencial del certamen, comparándolo con la importancia que otros festivales, como Sónar o Primavera Sound, tienen para la ciudad y sobre todo ha destacado “la sincronía total que tiene con el público”.
De la edición, ha señalado la importancia que tiene el hecho de que muestre el cómic como “una herramienta más para reflexionar” sobre la guerra.
Para Daniel Fernández, presidente de FICOMIC, está claro que Barcelona no es sólo “una vieja capital editorial sino también una vieja capital de ilustradores, puesto que existen ilustradores de referencia desde el siglo XIX”. Fernández también ha querido destacar que el cómic está resistiendo la crisis mejor que el libro porque “sigue aumentando ventas” y ha apuntado que “el Salón del Cómic de Barcelona es el más ambicioso de Europa por su fuerza y variedad en oferta de actividades”.
Carles Santamaria ha expuesto los principales atractivos de esta edición, cuyo eje central tiene que ver con la presencia del género bélico en la historieta y que tiene como plato fuerte “una macro exposición dedicada a la viñeta bélica de un total de 550 originales de todo el mundo”, entre ellos una treintena de dibujos realizados por prisioneros de campos de concentración. La muestra, cuyo título es Cómics en guerra, está concebida como una instalación que aportará una visión antológica de las viñetas bélicas, dividida cronológicamente en los diversos periodos de la Historia, además de apartados dedicados a los corresponsales de guerra y a los genocidios y exilios.
Además, a la muestra se le unirá una puesta en escena espectacular con la colaboración de diferentes asociaciones de reconstrucción histórica y de coleccionistas de vehículos militares.
Para Santamaría era el momento perfecto para homenajear la historieta de temática bélica, “que no sólo ha sido épica sino que también ha movido a la reflexión, como demuestran los clásicos de Spiegelman y Tardi, puesto que este año se cumple el centenario de la Primera Guerra Mundial, el tricentenario del fin de la Guerra de Sucesión y los 75 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial y del fin de la Guerra Civil”.
Esta actividad, que incluye mesas redondas, audiovisuales, dioramas y espacio de juego de estrategia, ocupará todo el recinto del Palacio 1, una superficie de unos 12.000 metros cuadrados.
A Cómics en guerra se sumarán otras grandes exposiciones, como las dedicadas a los aniversarios de Batman y Lobezno, o del mítico Popeye, “un icono de la cultura popular”, ha señalado Santamaria, y al cómic autobiográfico, “el género de más éxito en este momento dentro de la novela gráfica”.
Por supuesto, también se contará con las muestras de los ganadores de los premios de la pasada edición: Purita Campos, Miguelanxo Prado, Oriol Hernández (premio al Autor Revelación, galardón patrocinado por la Fundación Divina Pastora) y el fanzine Adobo.
También ha explicado que la muestra Por el derecho a sonreír, donde diferentes humoristas gráficos reflexionan sobre el debate político sobre El Derecho a decidir, “pretende aportarle un punto de humor, que también es una manera de empezar a entendernos”.
De la lista de invitados extranjeros confirmados, Carles Santamaria ha destacado la presencia de Joe Sacco, Brian Azzarello, los británicos Andrew Wildman (Transformers) y Mike Carey (The Unwritten) y el argentino Eduardo Risso (100 Balas), entre un largo etcétera en el que figuran desde Jason hasta Audrey Spiry (En silencio), el serbio R.M. Guéra (Django Desencadenado) o Ramón K. Pérez (Cuento de arena). En cuanto a las actividades paralelas, este año se organiza desde una doble sesión de cine bélico (comandada por The Phenomena Experience) hasta una muestra sobre los cómics dedicados al universo Star Wars en la Biblioteca Can Fabra.
Como novedad, ha asegurado Santamaria, este año el Salón acogerá, además de las entrevistas entre destacados editores extranjeros y autores españoles, una carpa en la que los autores que lo deseen podrán poner a la venta sus originales, “como ocurre en las Comicon norteamericanas”, ha especificado el director del Salón del Cómic.
También ha destacado la presencia del cómic argentino con un espacio que permitirá conocer la realidad editorial y creativa de este país.
El certamen tiene el apoyo del Departament de Cultura la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y la Diputación de Barcelona.