La exposición El TBO: un cómic para unos tiempos difíciles se puede visitar en la Casa Garcerán de Segorbe (Castellón) hasta el próximo 7 de septiembre.
La muestra, organizada por Fundación Bancaja y comisariada por David Montolío, doctor en Historia del Arte, y Óscar Gual, doctor en Historia Contemporánea, está compuesta por una selección de 40 piezas entre ejemplares de cómics y objetos pertenecientes a colecciones privadas que reflejan y analizan la historia de la publicación TBO, la más longeva del cómic español.
Desde marzo de 1917 hasta 1938
La revista se consolida como nueva publicación para el público infantil con el objetivo principal de distraer a los lectores.
Autores como Ricard Opisso, Manel Urda, Méndez Álvarez, Tínez, Yorick, Serra Massana o Rapsimanikis fueron los encargados de crear originales historias durante estos años.
La popularidad que alcanza el semanario durante esta etapa extiende la denominación de ‘tebeo’ a todas las revistas para niños.
Años 1941 a 1971
TBO experimenta su etapa más creativa y brillante, con la creación de La Familia Ulises, de Mario Benejam, que se convirtió en un reflejo de las miserias sociales de la época.
A partir de 1952, los permisos de publicación se normalizan y comienza la edad de oro de TBO.
De1972 a 1998
Durante este periodo, la publicación pasará a depender de distintas ediciones, como suplemento en los periódicos El Correo Catalán o Última Hora o incluso de la revista Lecturas.
En mayo de 1983 desaparece y se vende a la Editorial Burguera, que relanza la publicación pero sólo durante siete entregas.
Ediciones B, como heredera de Burguera, asume el reto de volver a lanzar la revista, que se convierte en una entrega mensual hasta que la crisis del cómic en España a finales del siglo XX retira definitivamente la publicación del mercado.
Todo este recorrido acerca al visitante a personajes e historias célebres del imaginario colectivo como Melitón Pérez o Aventuras de Morcillón y Babalí, entre otras.
Viñetas que, desde el ingenio, abordaron los estereotipos de la España de posguerra a través de un lenguaje fácil, sencillo y al alcance de todos los públicos y clases sociales, cuestionando ideas como el matrimonio, la familia, las relaciones laborales o las desigualdades sociales.
La muestra, organizada por Fundación Bancaja y comisariada por David Montolío, doctor en Historia del Arte, y Óscar Gual, doctor en Historia Contemporánea, está compuesta por una selección de 40 piezas entre ejemplares de cómics y objetos pertenecientes a colecciones privadas que reflejan y analizan la historia de la publicación TBO, la más longeva del cómic español.
Desde marzo de 1917 hasta 1938
La revista se consolida como nueva publicación para el público infantil con el objetivo principal de distraer a los lectores.
Autores como Ricard Opisso, Manel Urda, Méndez Álvarez, Tínez, Yorick, Serra Massana o Rapsimanikis fueron los encargados de crear originales historias durante estos años.
La popularidad que alcanza el semanario durante esta etapa extiende la denominación de ‘tebeo’ a todas las revistas para niños.
Años 1941 a 1971
TBO experimenta su etapa más creativa y brillante, con la creación de La Familia Ulises, de Mario Benejam, que se convirtió en un reflejo de las miserias sociales de la época.
A partir de 1952, los permisos de publicación se normalizan y comienza la edad de oro de TBO.
De1972 a 1998
Durante este periodo, la publicación pasará a depender de distintas ediciones, como suplemento en los periódicos El Correo Catalán o Última Hora o incluso de la revista Lecturas.
En mayo de 1983 desaparece y se vende a la Editorial Burguera, que relanza la publicación pero sólo durante siete entregas.
Ediciones B, como heredera de Burguera, asume el reto de volver a lanzar la revista, que se convierte en una entrega mensual hasta que la crisis del cómic en España a finales del siglo XX retira definitivamente la publicación del mercado.
Todo este recorrido acerca al visitante a personajes e historias célebres del imaginario colectivo como Melitón Pérez o Aventuras de Morcillón y Babalí, entre otras.
Viñetas que, desde el ingenio, abordaron los estereotipos de la España de posguerra a través de un lenguaje fácil, sencillo y al alcance de todos los públicos y clases sociales, cuestionando ideas como el matrimonio, la familia, las relaciones laborales o las desigualdades sociales.