En ocasiones es
conveniente mirar, observar con cuidado, recatadamente. Solo así se puede
vislumbrar lo cotidiano. Muchos directivos implantan prácticas equivocadas en
sus empresas. Desde la distancia del sillón de un despacho, la realidad se
torna confusa. Tampoco ayuda la falta de luz. Conocer imperfectamente o
conjeturar por leves indicios algo inmaterial es un primer paso para establecer
cualquier decisión pero ni mucho menos puede plantearse como algo definitivo. Sigue leyendo AQUÍ