Héctor Alterio: “Con ‘Como hace 3000 años’ pretendemos llevar la poesía a las calles como hizo Homero”

Foto: Álvaro Bujons

Héctor Alterio representará Como hace 3.000 años el lunes a las 22h en el Campus de Las Llamas, dentro del ciclo escénico Noches de teatro, organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), con entrada libre hasta completar aforo

Como ha comentado en entrevista telefónica a la UIMP, el título parte de un poema de Esteban Agüero, en el que “detallaba cómo Homero convocaba con sus poemas en plazas y espacios al aire libre a cientos de personas” para escuchar las piezas poéticas.
El actor comenta cómo junto al guitarrista José Luis Merlín en cierta medida fantaseaban “con la idea de que ese interés por la poesía se volviese a producir”.

En el espectáculo se alternan los poemas de León Felipe recitados por Alterio con la música de la guitarra de José Luis Merlín. Este espectáculo lo llevan haciendo casi diez años de forma irregular. Durante este tiempo, como indica el veterano intérprete:

“Tenemos una respuesta muy gratificante en todas las plazas”. En cuanto a la selección de los poemas para el espectáculo “fue depurándose sola durante esta década quedándose lo que más me atrae de sus poemas, lo que considero que engarza bien junto a los otros y las músicas”.

Todo ello hasta llegar al espectáculo actual que representan el lunes en el Campus de Las Llamas.
“Donde yo me siento dueño de mí mismo, patrón de mi trabajo es en el teatro”, ha comentado el actor sobre su labor sobre las tablas.

La magia de la escena está en que “estamos vivos, permanentemente sentimos las reacciones del público que posibilitan actuaciones distintas cada noche”.
Su extensa carrera en cine y televisión que le han permitido “vivir bien y que mi trabajo transcienda”. Así, en el audiovisual destacan trabajos como los realizados con Juan José Campanella como El hijo de la novia y Vientos de agua.

Del trabajo con el cineasta argentino, que fue objeto de estudio en la UIMP en 2014, guarda muy grato recuerdo: “Es un ser humano maravilloso y un director que no hace falta decirlo… sus éxitos lo dicen todo”.

La historia de Alterio en España comenzó en 1974 a su paso por el Festival de San Sebastián.
Este fue el primer viaje del artista a Europa.
En mitad de la euforia por los éxitos en España: “me llamó mi mujer para decirme que había llegado una carta a mi casa donde me obligaban a ausentarme del país o sería ejecutado en el lugar en el que me encontrara”.
Así, fue amenazado de muerte por un grupo de ultra derecha, la Triple A, y no pudo volver a su país hasta tiempo después para visitar a su familia.
Cuando las cosas mejoraron en su tierra natal, Alterio ya tenía su vida hecha en España “con gente que no tenía una historia conmigo, pero que me ayudó en todo para seguir viviendo aquí desde que llegué”.
Y así “como quien no quiere la cosa han pasado 43 años” en los que sus hijos han seguido la senda familiar.

Ya desde pequeños, Ernesto y Malena acompañaban a su padre en las giras y “se ponían el vestuario y hacían travesuras entre cajas”.
Entonces le “dieron la seguridad de que afortunadamente iban a seguir en el oficio y les va muy bien, tienen aquí su familia, y mi mujer y yo estamos muy tranquilos en ese sentido”.
“Es gratificante ver cómo la gente se sigue emocionando con mi trabajo”, ha comentado Alterio al hacer balance de toda una vida subido a los escenarios.

Cuando echa la vista atrás, admite que el paso del tiempo ha hecho mella en sus recuerdos: “Siempre que uno recurre a la memoria hay cosas que se han ido desdibujando”.
Aun así, le quedan aún retazos de su primera vez encima de un escenario con la obra Prohibido suicidarse en primavera de Alejandro Casona: “Me encuentro haciendo un trabajo que no sabía ni qué era ni qué tenía que hacer, sabía que había público, hice un desastre, me acuerdo que pasé mucha vergüenza, lo tengo un poco borrado, pero fue inolvidable, desde luego”.
Y si mira hacia el futuro, en el fondo sigue conservando la pasión de ese inexperto en las lindes escénicas que desde aquella noche quedó embrujado por el veneno del teatro: “Hoy igual que en el pasado sigo pensando que voy a terminar mi vida haciendo teatro”.