Me cuenta Raquel Vicedo una interesante novedad de la colección Cómic de Fulgencio Pimentel: Poochytown. El autor es Jim Woodring de quien, se conoce, son fervientes admiradores Alan Moore, Daniel Clowes, Neil Gaiman o Scott McCloud
Han pasado 5 años de la publicación de Fran años. Poochytown es la (dis)continuación de esa epopeya en bucle, un cartoon a modo de viaje filosófico y psicodélico, entre la broma y el terror.
El éxodo de Frank y Manhog hacia los confines del Unifactor es tan físico como emocional, reflejo telúrico y diabólico del subconsciente de su autor.
Es un camino repleto de peligros, pruebas, recompensas y descubrimientos que nunca terminan de descorrer las cortinas del misterio.
«[…] to be pooched significa «recibir un mazazo», «quedarse chafado», ver frustradas las expectativas y las esperanzas de uno. Poochytown sería entonces ese lugar donde las promesas nunca se cumplen».Es una lectura inagotable, que recupera el aire clásico de los funny animals sin pasar por ninguno de los tópicos del medio.
Estas historias no conocen la vía del cinismo y el oportunismo.
Son cómic en estado puro: no solo un cómic que nunca antes se había hecho, sino uno que jamás se había imaginado.
«Frank es el trabajo de un verdadero genio» Daniel Clowes