RAF La fragata capadora: coñas marineras. Col La puta mili, El Jueves, 1994 |
La exposición Una visión del cómic en España II, producida por el Ayuntamiento de Zaragoza y comisariada por Miguel Royo Gasca y un servidor que, además de en Zaragoza pudo contemplarse en Teruel, llega ahora a Huesca
Del 7 de septiembre al 13 de octubre el Centro Cultural Manuel Benito Moliner (antiguo Matadero) en Avda. Martínez de Velasco nº 6, albergará la propuesta.En realidad se trata de una ampliación de la anterior: la mayoría de los originales que se expondrán no han sido disfrutado antes y se incluyen nuevos autores que complementan, de esta manera el recorrido original.
El Área de Cultura del Ayuntamiento de Huesca dando cumplimiento a sus ejes estratégicos, entiende al cómic como un agente social más que operan sobre el territorio y complementa y amplifica la acción ya desarrollada por la sociedad civil, sea la iniciativa privada, las otras entidades públicas, o el tercer sector.
Jordi Buxadé, prueba para Tex, Bonelli (Italia) 1979 |
Todo ello desde la transversalidad del tebeo como herramienta reivindicativa de la regeneración urbana, la cohesión social o la defensa de colectivos desfavorecidos.
No se requiere de excesivos intermediarios que reinterpreten viñetas y bocadillos.
A lo mejor sí de actores comprometidos que acerquen el poder de los símbolos y los coloquen en el centro del imaginario colectivo.
La exposición recorre la historia reciente de la industria del cómic en España en tres periodos: 1950-1969, 1970-1999 y 2000-2018 en donde se constata la conexión tanto de los temas tratados como de los estilos con la realidad política, económica y social de cada momento: dictadura, transición y modernidad.
La muestra continúa, eso sí, reivindicando la importancia de los autores y editoriales aragonesas en el panorama nacional.
Un 19% de las obras que se exponen han sido editadas en Aragón.
De Barcelona y Valencia procede, no obstante, el grueso (47%) y de fuera de España el 19% lo que constata el interés internacional que suscitan nuestros autores.
Se reivindica el papel del dibujante desde su faceta artística merecedora de ocupar su posición en museos y galerías de arte y se contrasta con el papel del tebeo como cultura popular.