“El gran salto en RSC ha sido gracias a la legislación”

El zaragozano Juan Royo es economista y uno de los mayores expertos en Responsabilidad Social Corporativa de España. 

Como gran apasionado del cómic se ha convertido en crítico, coleccionista y divulgador. ¿Dónde se juntan la sosteniblidad y los cómics? Lo descubrimos en esta conversación sobre RSC, sostenibilidad y empresas.

Por Estrella Setuain goAragon 04/04/2022

  • ¿Quién es Juan Royo?

Soy economista y he llevado una doble vida técnica y académica. He trabajado en banca, pero también me he dedicado a la docencia. Durante 20 años he sido profesor en la Universidad de Zaragoza y otras instituciones. A partir del 2010 di el salto al despacho profesional y monto Juan Royo Economistas, que se basa fundamentalmente en la colaboración en diferentes ramas y ámbitos. Yo trabajo temas de sostenibilidad e inversión socialmente responsable y en otros temas como la comunicación interna, compliance, planes de igualdad, lo hago con compañeros.

Mucho antes del 2010 impulsaste la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y de la Inversión Socialmente Responsable en España. Eres un histórico referente en estos temas.

Sí porque precisamente esa doble faceta profesional y académica me lleva, en el año 1998, a trabajar temas de inversión socialmente responsable de mano de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), la sociedad de valores y bolsa en la que yo trabajaba, Renta 4, y la Universidad de Zaragoza. Montamos un totum revolutum y creamos el primer fondo de inversión socialmente responsable de España, fue un hito a nivel de la industria de fondos de inversión en España.

  • ¿Cómo empezó esta aventura?

Con Ramon Pueyo y Víctor Viñuales de ECODES, fundamentalmente, con José Mariano Moneva, en la Universidad de Zaragoza íbamos a Madrid a hacer proselitismo y nos llaman el lobby maño de la RSC. En aquella época nadie había oído hablar de la RSC: Empezamos a trabajar con Alberto Andreu que era el director general de RSC de Telefónica, con Rafael Fernández de Alarcón… En aquella época canalizamos los temas no tanto a lo que se llamaban las memorias de RSC sino a la inversión socialmente responsable. En esa época, de forma paralela, es cuando empiezo mi actividad en redes sociales. Creo mi blog personal en 2006, luego el Blog de la RSC y en el 2011, además, creo culturarsc.com. Fui de los primeros en crear temas de RSC en redes sociales.

  • ¿Qué importancia ha tenido la divulgación para la concienciación?

La divulgación es muy importante, pero al final lo que es importante es la ley. Llevo mucho tiempo divulgando y mientras era voluntaria no había interés, pero a partir del 2018 sale una ley en España que obliga a las grandes empresas a hacer memorias de sostenibilidad y es en ese momento cuando todo el mundo se pone las pilas. El salto de estos tres o cuatro últimos años ha sido gracias a la legislación.

  • ¿Se han dado cuenta de su importancia desde la política?

Sí, al final las empresas normalmente reportaban aspectos estrictamente financieros, pero es una visión miope de lo que es la empresa. En la empresa lo que es verdaderamente importante son los intangibles: la reputación, la marca, la gestión de las personas, la salud laboral, la conciliación… También verdaderamente importante el impacto que tiene en la sociedad la empresa. Medir el beneficio financiero da reporting a accionistas y al Estado, pero no da respuesta a otros grupos de interés como los proveedores, las familias, trabajadores, al medioambiente, a la comunidad local, a la sociedad… Son todas esas personas con las que la empresa tiene que rendir cuentas.

  • ¿Las primeras que empezaron haciendo esto eran las grandes empresas?

Claro. Tienes que tener una profesionalización, una metodología, una homogeneidad, una materialidad, una comparabilidad y un reporting de datos. Esto lleva un esfuerzo importante. Es un cambio cultural, llevamos 500 años haciendo contabilidad financiera, pero medir el impacto es algo moderno. Cuando te vas de viaje ni te planteas las emisiones de CO2 en las que incurres, a ti te importa lo que te cuesta la gasolina, no lo que contamina la gasolina. Eso es algo ilógico, es el aire que estamos respirando todos, el primer perjudicado eres tú. No solo tenemos que pensar en términos economicistas, también de salud y conciliación.

  • ¿Cómo de rentable es una empresa socialmente responsable?

No es cuestión de ser rentable en términos financieros, es cuestión de ser sostenible. Si tienes en cuenta parámetros no financieros vas a ser capaz de gestionar riesgos como el reputacional. Tienes que tener una visión global porque al final tienes que encontrar oportunidades.

  • Cómo lo ves: ¿Comunicar buenas prácticas o ejercicio de greenwashing?

La época del greenwashing ya pasó. Ahora cada vez más la gente tiene menos interés en esto, porque si te pillan va a ser peor el remedio que la enfermedad. Al final la clave de la sostenibilidad es gestión interna, tener muy claro qué tienes que hacer tú por el medioambiente, tu ética con los trabajadores, con los clientes, proveedores… Medidas concretas que están perfectamente tasadas y homogeneizadas y te puedes comparar con la competencia y ponerte un benchmarking. Por ejemplo, yo que soy un despachito mido mis emisiones de CO2, la cantidad de donativos que doy, mis horas solidarias, los cómics que patrocino vía mecenazgo… y me pongo objetivos.

  • ¿Qué medidas concretas de referencia deben tener las empresas?

En tema medioambiental el cálculo de la huella de carbono. Si tengo que desplazarme, mido las emisiones de CO2 y las compenso pagando un dinerito para que ese viaje sea neutro en emisiones de carbono. Si lo hago por videoconferencia no me cuesta ni dinero, ni lo que me cuesta el viaje, ni lo que me tengo que gastar con emisiones de CO2. Eso igual que lo hago yo lo pueden hacer otras empresas. Ya es obligatorio, por lo menos, medir la huella. Una vez medida la huella ya te puedes plantear medidas de eficiencia energética. Es decir, medir, reducir y compensar.

  • Hay empresas que están compensando a través de la reforestación de bosques urbanos. Un ejemplo son aquellas que lo hacen con (R)eforest Project. ¿Qué opinas de estas acciones?

De esa manera disminuyes la huella de carbono. Son huella de carbono de buenísima calidad. Hay proyectos que cuestan más o menos dinero, y este es un proyecto en el que cada tonelada de CO2 puede costar 50 u 80 euros. Yo las que compenso lo hago con ECODES y me cuestan unos 9 euros. Esto no es porque compense menos, es porque son proyectos en países emergentes. Aquí como es algo más tangible y medible es más caro.

  • Al final se compensa de manera global.

Es lo mismo el CO2 aquí que allá. En países emergentes el precio baja mucho porque ellos no tienen la obligación de ser neutros de carbono en el 2030 como aquí. La cuestión medioambiental es una cuestión estrictamente de competitividad económica. Para que los europeos podamos competir tenemos que ser verdes y tener una etiqueta. ¿Cómo competimos si no con los chinos?

  • ¿Es posible alcanzar en ocho años el objetivo fijado para 2030?

Bueno (duda)… Hay un primer hito en 2030 y el hito final es en 2050. En el momento que todo el mundo tenga medida la huella de carbono llegará “Paco con las rebajas” y empezará a recaudar.

  • ¿Crees que la sostenibilidad se está centrando mucho en la parte medioambiental y poco en la social?

Sí, exactamente. Ahora mismo se está debatiendo a nivel europeo la taxonomía social. Es verdad que se ha puesto todo el foco en el tema medioambiental con el cambio climático, contaminación, economía circular, biodiversidad, etc; y ahora falta la social. Esto es mucho tomate.

  • ¿Cuál es el estado de la RSC en Aragón?

Bien. Como estoy en Aragón quizá tengo más argumentos para defenderlo. Galicia sí que me consta que siempre ha sido muy avanzada en temas de sostenibilidad. De hecho, ya no se llama RSC, se llama todo responsabilidad.

  • Por eso comentábamos antes que lo social lo hemos dejado apartado…

Sí, pero en muchos casos conscientemente. Los primeros que quitaron la S de RSC fue Telefónica, porque dijo que la gente se confundía. Ellos no querían hablar de la caridad o solidaridad, ellos querían hablar de gestión de personas y eso es la RSC, hablar de conciliación, de desconexión laboral… La S despistaba. No era donar mucho dinero, era hablar de cuánto contaminas, cómo dialogas en la empresa, qué políticas tienes con los clientes. No es dónde llevas el dinero sino cómo lo consigues. 

  • ¿Qué empresas hay referentes en Aragón?

La MAZ, Chocolates Lacasa, Mercazaragoza, la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión (CARTV), Arpa, DKV… tenemos muchas empresas.

  • Cambiando de tercio, también eres un referente en el mundo de la crítica y divulgación de los cómics. ¿Cuándo nace este interés?

Desde muy pequeño, mi padre ya me compraba tebeos, también mi tía abuela… y la gran mayoría los sigo conservando. Siempre me ha gustado leer tebeos, antes no había videojuegos, internet o cine tan accesible. Los tebeos te daban unas aventuras extraordinarias. La diferencia es que ahora me apasiona conocer a los autores, ya que no solo colecciono tebeos, también los dibujos originales de los autores. Es un coleccionismo más caro, pero ocupa menos espacio.

  • ¿Cuántos cómics tienes?

Ufff, no lo sé. Lo tengo que cuantificar e inventariar.

  • ¿Qué referentes aragoneses del cómic destacarías en la actualidad?

Bernal, García Iranzo, Fernando de Felipe, Luis Royo, José Antonio Ávila y Carlos Ezquerra.

  • ¿Hay algún punto de encuentro entre la sostenibilidad y el cómic?

En mis clases siempre utilizaba muchos los cómics para enseñar. Siempre pongo el ejemplo de Spiderman. Si tuvieras superpoderes, ¿para qué los utilizarías? Para ser el mejor deportista, el más inteligente en los negocios… y Spiderman los utiliza para el bien, no en beneficio propio.