El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, en colaboración con TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, presenta Terrafilia. Más allá de lo humano en las colecciones Thyssen-Bornemisza, una ambiciosa y estimulante exposición comisariada por Daniela Zyman. Cinco siglos de creación artística. Terrafilia reimagina el canon museístico tradicional al situar a la naturaleza —y no al ser humano— como sujeto central. Confronta la ruptura ontológica seres humanos y planeta. Hay caminos simbólicos y concretos hacia la restauración y la reconexión.
Son cien obras de las colecciones - Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
- Carmen Thyssen
- TBA21 de Francesca Thyssen
Por primera vez, cuatro generaciones de una misma familia coleccionista se presentan dentro de una narrativa curatorial unificada.
Terrafilia, cuyo diseño expositivo lo ha realizado Marina Otero Verzier, es más que una exposición: es una invitación a imaginar una nueva cosmopolítica, donde seres humanos, animales, plantas, elementos y fuerzas espirituales coexisten en una comunidad planetaria compartida, basada en la equidad, la empatía y el cuidado. “Es una invitación a relacionarse con el arte no solo como placer o patrimonio, sino como una fuerza pedagógica y activa en la construcción de nuestro futuro colectivo. Nos ayuda a cuestionar cómo existimos dentro de la naturaleza, cómo nos vemos reflejados en ella y cómo podríamos reparar lo que se ha roto. El arte sigue siendo esencial, no como una forma pasiva de evasión, sino como un catalizador de transformación” Francesca Thyssen-Bornemisza, TBA21 A la inauguración asistieron algunos de los artistas participantes, entre ellos: - Sissel Tolaas
- Brad Kahlhamer
- Diana Policarpo
- Daniel Otero Torres
- Elyla, Diego Delas
- Daniel Steegmann
- Regina de Miguel
- Asunción Molinos Gordo
- Marina Otero Verzier
Un acto de amor planetario El título de la exposición combina las palabras Terra (Tierra) y Philia (amor, afinidad), dando lugar a un concepto que propone un compromiso afectivo, ético y espiritual con el planeta. Este amor no es romántico ni posesivo, sino político y transformador: una forma de reimaginar la existencia en la Tierra mediante la atención, la reciprocidad y la responsabilidad compartida. Se inspira en pensadores actuales como el franco-martiniqués Malcom Ferdinand, que describe la Tierra como un "Mundo-Barco", una figura que evoca la idea del receptáculo que todos compartimos y, aun así, se ha convertido en un lugar de injusticia y desigualdad, en especial hacia las personas racializadas. |